Imagen – SERGEY BOBYLEV, SPUTNIK, KREMLIN POOL, POOL (EFE)
China celebró esta semana el mayor desfile militar de su historia para conmemorar el 80 aniversario del fin de la guerra con Japón. El evento, encabezado por el presidente Xi Jinping, mostró por primera vez la tríada nuclear del país, compuesta por misiles intercontinentales terrestres, marítimos y aéreos, incluidos sistemas como el JingLei-1 y el JuLang-3. Xi aseguró que China es una “gran nación” que “no teme a la violencia”, al tiempo que se presentó como defensora de la cooperación global.
El presidente ruso Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un fueron invitados de honor en la ceremonia, lo que reforzó la imagen de un bloque geopolítico alternativo frente a Occidente. Xi aprovechó el marco del desfile para insistir en que China busca construir una “comunidad de futuro compartido para la humanidad” y, al mismo tiempo, demostrar un poderío militar con tecnología de vanguardia como misiles hipersónicos y drones.
Una cumbre con mensaje a Occidente
El desfile coincidió con una cumbre internacional en Pekín, donde además participaron el primer ministro indio Narendra Modi y el presidente iraní Masoud Pezeshkian. Para Rusia, el encuentro significó un espaldarazo en plena guerra en Ucrania, al mostrar que no está aislada y que cuenta con el respaldo económico de China e India, así como con apoyo militar de Irán y colaboración de Corea del Norte.
Los analistas señalan que, más allá de las diferencias entre los países asistentes, la reunión proyectó un mensaje común: el orden internacional dominado por Occidente ya no es incuestionable. Europa, que había buscado aislar a Putin, se encontró con la imagen del líder ruso rodeado de algunos de los mandatarios más influyentes del mundo emergente.
Trump reacciona con críticas irónicas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionó con un mensaje en su plataforma Truth Social, en el que pidió transmitir sus “saludos cordiales” a Putin y a Kim Jong-un “mientras conspiran contra Estados Unidos”. En el mismo texto recordó la contribución estadounidense a la victoria de China en la Segunda Guerra Mundial y reclamó que se honre a los soldados que murieron en aquel conflicto.
Una curiosidad inesperada
Durante la transmisión oficial del desfile, un micrófono abierto captó un intercambio informal entre Xi Jinping y Vladimir Putin. Según la grabación difundida por medios internacionales, ambos líderes hablaron sobre trasplantes de órganos y la posibilidad de prolongar la vida con innovaciones médicas, llegando incluso a mencionar la idea de alcanzar la inmortalidad. Aunque el momento ha sido interpretado de diversas formas, se presentó como una curiosidad más que como un tema central de la cumbre.
Lectura de fondo
El desfile militar y la cumbre en Pekín consolidan la imagen de un bloque de países que busca desafiar el predominio de Occidente en la política internacional. La exhibición de armas estratégicas, junto a la presencia de Putin y Kim Jong-un, refuerza la narrativa de un mundo más multipolar y competitivo, donde China se posiciona como actor central.
El gesto simbólico de reunir a líderes cuestionados por Occidente en una misma plataforma refleja una alianza pragmática, basada en intereses comunes más que en afinidades ideológicas profundas. La pregunta que queda abierta es si esta convergencia será sostenible en el tiempo o si se trata de un frente temporal, impulsado por la coyuntura de la guerra en Ucrania y las tensiones con Estados Unidos.