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La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró un toque de queda para una zona de 2.59 kilómetros cuadrados del centro de la ciudad, en respuesta a los actos de vandalismo registrados durante las protestas contra las redadas migratorias. La medida estará vigente desde las 20:00 horas del martes hasta las 06:00 horas del miércoles, aunque podría extenderse si la situación no se estabiliza.
El anuncio se dio tras varios días de movilizaciones en distintas ciudades de Estados Unidos, con epicentro en Los Ángeles, donde las manifestaciones han escalado en intensidad desde el sábado 7 de junio. De acuerdo con el Departamento de Policía local, solo el martes se realizaron 197 detenciones. En total, desde el inicio de las protestas, se han reportado más de 370 arrestos.
Causa del conflicto: redadas migratorias y detenciones masivas
Las protestas fueron detonadas por una serie de redadas migratorias ordenadas por el gobierno del presidente Donald Trump, que resultaron en la detención de al menos 300 inmigrantes en California, la mayoría de ellos trabajadores en Los Ángeles. La Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA) denunció que muchas de las personas arrestadas no han tenido acceso a representación legal ni al debido proceso.
El Gobierno de México confirmó la deportación de al menos cuatro connacionales y la localización de otros 45 en centros de detención. Abogados y activistas han reportado que las autoridades migratorias han bloqueado el acceso legal a los detenidos en varias ocasiones.
Medidas de seguridad y exclusiones al toque de queda
Según las autoridades locales, el toque de queda excluye a residentes de la zona, personas sin hogar, personal de emergencias, funcionarios de seguridad y medios acreditados. En la zona afectada se desplegaron unidades de patrullaje, helicópteros y vigilancia intensiva para evitar nuevos incidentes.
El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, afirmó que “la medida es necesaria para proteger vidas y salvaguardar la propiedad” tras los saqueos de al menos 29 negocios, registrados entre lunes y martes.
Lectura de fondo
Entre migración, protesta y represión: un síntoma de polarización creciente
La decisión de imponer un toque de queda en una ciudad como Los Ángeles —con fuerte presencia migrante y tradición de activismo— refleja una tensión estructural que trasciende lo coyuntural. Las redadas masivas, las detenciones sin garantías procesales y la respuesta punitiva a las protestas exponen una estrategia de control que prioriza el orden por encima del diálogo social. Si bien las autoridades argumentan necesidad ante disturbios, la narrativa que se construye refuerza la imagen de un Estado que criminaliza la protesta migrante en lugar de atender sus causas. Lo que se juega no es sólo la legalidad de las medidas, sino su legitimidad social.