Beijing, 25 de marzo de 2025 — Investigadores chinos han desarrollado un nuevo tipo de motor hipersónico que podría revolucionar el sector aeronáutico y militar, al permitir velocidades que superan ampliamente los límites actuales. Este avance, basado en una técnica de combustión innovadora que emplea magnesio y detonación oblicua, sitúa a China a la vanguardia de la carrera tecnológica global frente a Estados Unidos.
Motor ODE: una innovación sin precedentes
El nuevo motor, conocido como ODE (Oblique Detonation Engine), fue desarrollado por científicos de la Academia China de Ciencias y probado con éxito, según un artículo publicado en el China’s Journal of Experiments in Fluid Mechanics. Utiliza queroseno de aviación RP-3 y una técnica de detonación oblicua que estabiliza las ondas de choque para mantener la combustión a altísimas velocidades.
Esta tecnología permitiría que aeronaves alcanzaran velocidades de hasta 20,000 km/h (Mach 16), lo que reduciría drásticamente los tiempos de vuelo. Un trayecto entre Shanghái y Los Ángeles, por ejemplo, podría completarse en apenas 30 minutos.
Magnesio: clave para aumentar empuje y autonomía
Paralelamente, científicos de la Universidad Beihang de Pekín han desarrollado una técnica de combustión secundaria utilizando magnesio, lo que permite que los gases residuales del queroseno —como vapor de agua y dióxido de carbono— generen una segunda explosión controlada. Esto incrementa el empuje hasta en un 86.6% y eleva la eficiencia de combustión al 65.1%, casi el doble que en motores convencionales.
Gracias a esta innovación, los motores ya no dependen únicamente del oxígeno atmosférico, lo que mejora su funcionamiento en altitudes extremas y amplía su autonomía.
Implicaciones geopolíticas y militares
Este avance tiene implicaciones significativas en el ámbito militar. El motor podría aplicarse al desarrollo de misiles hipersónicos, drones y vehículos espaciales reutilizables, con un nivel de velocidad y precisión sin precedentes. En pruebas recientes, una aeronave china habría alcanzado cinco veces la velocidad del sonido, lanzando un misil en pleno vuelo.
Estados Unidos ha expresado su preocupación ante el progreso chino, especialmente porque sus propios programas hipersónicos enfrentan rezagos. Mientras tanto, China ha invertido en túneles de viento que simulan velocidades de hasta Mach 33, consolidando su capacidad de prueba y desarrollo en esta tecnología.
Lectura de Fondo
El desarrollo de este motor hipersónico no solo representa un avance tecnológico: redefine los márgenes de la competencia global por la supremacía militar y aeroespacial. En un contexto marcado por la rivalidad entre grandes potencias, los motores como el ODE y los sistemas de combustión avanzada con magnesio amplían el alcance estratégico de China, tanto simbólica como operativamente.
Más allá de la innovación en sí, el anuncio funciona como un mensaje geopolítico: China no solo alcanza a Occidente en tecnología crítica, sino que comienza a marcar el ritmo. En este nuevo escenario, la capacidad de alcanzar objetivos en minutos y de modificar tiempos de respuesta transforma los parámetros tradicionales de disuasión y defensa.
Frente a ello, Estados Unidos y sus aliados deberán decidir si acelerar sus propios desarrollos, invertir en contramedidas o redefinir doctrinas enteras. En cualquier caso, la línea que separa la ventaja tecnológica del equilibrio de poder es cada vez más delgada y más rápida.