Monterrey, N.L., 15 de mayo de 2025 — Con motivo del Día del Maestro, el Gobierno del Estado de Nuevo León celebró una ceremonia en la que se reconoció la trayectoria de 3,669 docentes que han dedicado entre 10 y 60 años al servicio educativo en la entidad.
El evento fue encabezado por el gobernador Samuel García Sepúlveda, quien estuvo acompañado por Mariana Rodríguez Cantú, titular de “Amar a Nuevo León”, y la secretaria de Educación, Sofialeticia Morales Garza. También participaron representantes sindicales y autoridades del sector educativo.
Reconocimientos por años de servicio
Durante la ceremonia se entregaron medallas y diplomas a docentes con distintas trayectorias:
- 1,474 reconocimientos por 10 años de servicio
- 1,138 diplomas por 20 años
- 548 medallas “Profr. Rafael Ramírez” por 30 años
- 353 premios “Ignacio Manuel Altamirano” por 40 años
- 139 reconocimientos por 50 años
- 17 por seis décadas de enseñanza
El gobernador destacó que la educación ha sido una de las claves del desarrollo del estado. “Gracias a maestras y maestros como ustedes, hoy Nuevo León es el mejor estado de México”, expresó.
Compromiso con la profesionalización y nuevas plazas
Durante su intervención, Samuel García reafirmó su compromiso de entregar 3,000 nuevas plazas docentes durante junio, con el objetivo de regularizar a quienes han trabajado bajo contrato. Señaló que esta medida forma parte de una política de dignificación laboral para el magisterio.
La secretaria de Educación mencionó los avances del programa “Nuevo León Aprende” y el funcionamiento de más de 1,300 escuelas con jornada ampliada. También se destacó el enfoque en tecnologías, inglés y actualización continua para los docentes.
Vocación y legado
Mariana Rodríguez agradeció a los maestros su dedicación, señalando que su trabajo transforma vidas y deja una huella en la sociedad. “Una sola maestra o maestro puede cambiar el futuro de toda una comunidad”, expresó.
Por su parte, representantes sindicales del SNTE resaltaron que el reconocimiento no sólo es por los años de servicio, sino por la influencia positiva que los docentes han tenido en generaciones enteras.
Lectura de Fondo
El Día del Maestro en Nuevo León no fue sólo una celebración simbólica, sino un acto político cuidadosamente diseñado para reforzar el discurso de legitimidad gubernamental a través de la educación. En un contexto donde las cifras económicas, de seguridad y salud son constantemente escrutadas, reconocer a los docentes permite al Gobierno conectar con el terreno más fértil para su narrativa: la formación del capital humano.
El evento se convierte en una vitrina doble: por un lado, para exaltar la entrega de quienes han sostenido el sistema educativo por décadas; por otro, para proyectar una visión de futuro en la que el estado se posiciona como vanguardia nacional en educación pública, tecnológica y bilingüe.
El anuncio de las 3,000 nuevas plazas —además de responder a una demanda estructural— funciona como gesto de justicia laboral y reafirma un eje discursivo central: en Nuevo León se premia la meritocracia, se corrigen rezagos y se apuesta al talento como motor de desarrollo.
En la arquitectura del mensaje, los reconocimientos individuales se integran a una narrativa colectiva: no son sólo nombres en una lista, son los cimientos del modelo de progreso que el Ejecutivo quiere consolidar. La educación, en este sentido, no es únicamente una política pública; es la piedra angular de una identidad estatal que aspira a exportarse como ejemplo.