Monterrey, N.L., 17 de mayo de 2025 — La Secretaría de Igualdad e Inclusión de Nuevo León informó que la pobreza extrema en el estado se redujo en un 50% durante los primeros dos años de la actual administración. Además, la pobreza general disminuyó en un 34%, de acuerdo con datos presentados por la titular de la dependencia, Martha Herrera.
Los resultados fueron atribuidos a la estrategia denominada “Ayudamos es la Nueva Ruta”, que agrupa distintos programas sociales y servicios públicos dirigidos a población vulnerable.
Resultados diferenciados por grupos
Según el informe, la pobreza en la infancia se redujo en 11.4 puntos porcentuales; en personas con discapacidad, en 10.7; y en mujeres, en 7.7 puntos. En conjunto, más de 233 mil personas han recibido apoyo directo a través de 870 estaciones de servicio público desplegadas en los 51 municipios del estado. La meta para este año es alcanzar las 1,100 estaciones.
Entre los programas más relevantes destacan los de apoyo a personas con discapacidad, el programa “Hambre Cero” y el impulso a cuidadoras y jefas de familia. Estos esquemas ofrecen transferencias económicas y acceso a servicios de salud, alimentación, educación, movilidad, asistencia legal y atención psicológica. En total, más de 65 mil personas son beneficiarias activas.
En el ámbito de la seguridad alimentaria, se reportó una reducción en la pobreza alimentaria que benefició a 200 mil personas. Actualmente, los programas de la llamada “Estrategia Cero” atienden a 351 mil personas y se contempla llegar a otras 200 mil en los próximos tres años.
Mantenimiento y validación de apoyos
Se anunció además un proceso de actualización de tarjetas, validación de datos y verificación de vida de los beneficiarios, a realizarse entre mayo y julio en 109 sedes estatales. Las autoridades aseguraron que este procedimiento no interrumpirá la entrega de apoyos económicos.
Lectura de Fondo
La reducción de la pobreza extrema y general en Nuevo León, según los datos oficiales, representa un indicador significativo dentro del panorama social del estado. Las cifras muestran un enfoque focalizado que distingue avances diferenciados por grupo poblacional, lo que permite observar de forma más matizada la evolución de la vulnerabilidad social.
En términos operativos, el despliegue territorial de estaciones de servicio y la diversificación de los programas brindan una imagen de cobertura amplia, articulada bajo una estrategia con nombre propio: “la Nueva Ruta”. Esto no solo responde a una lógica de intervención social, sino también a una intención de institucionalizar una narrativa de política pública que identifique al periodo actual con resultados específicos y medibles.
A nivel discursivo, el énfasis en que los apoyos lleguen “a quien verdaderamente los necesita” apunta a un esfuerzo por legitimar la focalización, mientras que la renovación de tarjetas y el control de beneficiarios refuerzan la idea de orden y transparencia en el ejercicio de los recursos.
Más allá de los porcentajes y programas, estos resultados abren paso a un seguimiento necesario en los próximos años: el reto no será únicamente sostener los indicadores, sino también ampliar el impacto cualitativo de los servicios ofrecidos, especialmente en términos de movilidad social y acceso estructural a derechos.